miércoles, 31 de agosto de 2011

Nihil obstat quoominus imprimatur

Sin obstáculo para impresión…
Sentencia de bendición del censor eclesiástico que garantizaba —hace algunas lluvias ya— la ortodoxia de los contenidos de un texto. Es decir, que los libros fueran libros y no libelos de descreimiento.
Aunque este sea un blog formal y académico, derivado de un diplomado igualmente académico y formal, de algún modo —así sea en el título— tiene que reflejar la personalidad de su autora, más afecta al latín y la heterodoxia que a las Aplicaciones de las Tic’s para la enseñanza.


No hay comentarios:

Publicar un comentario